Ante las declaraciones en medios nacionales y locales del intendente de Vicente López Enrique García acerca de activistas pagados por la oposición a su gobierno durante la resistencia al vial costero cabe hacer algunas consideraciones.
En principio, sería óptimo para la sociedad que el intendente realizara la denuncia o diga públicamente a qué fuerza o partido político se refiere. En ese sentido se puede decir que no utilizamos esos mecanismos, afirmación que no podría sostener el propio intendente García.
La historia de represiones que tiene la construcción del vial costero así lo demuestra. Hace poco, en febrero, las patotas que respondían al intendente García, que me golpearon a mí y a un grupo de vecinos, eran capitaneadas por directores de la actual gestión. Varios de los patoteros que fueron identificados como barrabravas del Club Chacarita Juniors y de River Plate, eran del partido de Gral. San Martín.
Por otra parte, el confuso episodio de tintes mafiosos que sufrió mi esposa la semana pasada fue cometido por un delincuente que le preguntaba por mi persona durante el robo. Ese sujeto, qué casualidad, también pertenece al partido de Gral. San Martín.
Nunca los vecinos de Vicente López vivimos un clima como el actual. Quizás los más de 20 años que lleva el intendente en el poder no le dejan ver que las circunstancias han cambiado y que las cosas no se hacen como en otros tiempos cuando contaba con mayoría automática en el Concejo Deliberante.
El vial costero demuestra que hay que consultar a los vecinos, que la ciudad es de todos y todas. Esta obra fue construida a los golpes, a la fuerza y con impunidad.
Es muy triste ver cómo García se sigue excusando en el progreso para tapar negociados que beneficiarán a muy pocos. La comunidad se merece otras actitudes y sobre todo erradicar la violencia policial y la de las patotas para resolver los conflictos.
Repudio totalmente y rechazo cualquier acusación que pretenda involucrarme en maniobras poco claras.
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Walter Rojas 